Quién no quiso alguna vez que le regalaran el "pinta con las manos"?
Nunca sabremos si existió realmente, ya que a pocos de nosotros nos habrán dejado pintar en una pared a nuestro antojo. En este caso grandes espacios cotidianos totalmente blancos son vestidos por gomettes de colores por los más pequeños de la casa.
Esta iniciativa nos resulta especialmente interesante por varios motivos:
Primero porque son ellos los verdaderos autores de la obra.
Segundo porque de una forma creativa traducen sus sensaciones al espacio.
Tercero porque tenemos mucha envidia.
Mark Sherwood
"La habitación blanca se va destruyendo poco a poco durante el transcurso de la exposición y el espacio cambia sensiblemente con el paso del tiempo, a medida que los puntos se acumulan como resultado de miles y miles de pequeños colaboradores."
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